Receta de Contramuslos de pollo en salsa

El pollo puede prepararse entero, con piel o sin ella, o despiezarlo en sus distintas cortes: pechuga, alitas, cuartos delanteros (que incluye la pechuga y las alitas), muslo, jamoncito, contramuslos, cuartos traseros (que incluye los muslos y la espalda). Los contramuslos son la parte superior de la pata por encima de la articulación de la rodilla, y es la más cercana al cuerpo del pollo. Tienen mucho sabor y suele ser la parte preferida para preparar diversos platos, como esta receta de contramuslos de pollo en salsa.

En los últimos años, la popularidad del pollo se ha extendido por todos los rincones del planeta, hasta el punto de ser uno de los animales más abundantes por las cantidades ingentes de pollo que se crían para el consumo humano. Sus propiedades nutricionales y la versatilidad a la hora de cocinarlo lo hacen un favorito de todas las cocinas alrededor del mundo, tanto occidentales como orientales.

El pollo puede prepararse asado a la parrilla, horneado, frito, a la plancha, hervido, y ser acompañado de arroces, pastas y todo tipo de vegetales y hortalizas. Es el preferido de los niños, y cuando hay que hacer una dieta saludable, el pollo siempre está presente. Es una alternativa perfecta a las carnes rojas y puede comprarse durante todo el año. Es una muy buena fuente de proteína, y por cada 100 gramos de pollo se obtienen 20 de proteína.

Propiedades nutricionales

Está recomendado para aquellas personas consumidoras de carne pero que quieren reducir la ingesta de grasas animales. La carne de pollo es muy baja en grasas, sobre todo la pechuga y el muslo. La pechuga tiene apenas 60 mg por cada gramo. Eso sí, hay que cocinarlo sin la piel, pues en esta es donde más se acumulan los lípidos. Además, tiene menos grasas saturadas que las carnes rojas (concentradas en la piel, de allí la importancia de no incluirla), así como menos colesterol.

Hay que destacar que también que esta carne cuenta con un promedio de 40% de los aminoácidos esenciales, como el triptófano, que regula la serotonina en el cerebro. Asimismo, es rica en vitaminas A y B y en minerales como hierro, magnesio, zinc, fósforo y potasio, y es baja en sodio. Es de fácil digestión y su sabor es muy apreciado, por eso la receta de contramuslos de pollo en salsa es todo un acierto.

Ideal para personas de la tercera edad

Por otro lado, y atendiendo a la cantidad de proteínas que contiene, la carne de pollo es muy recomendada para personas mayores de 70 años, pues su ingesta puede disminuir la pérdida ósea natural que ocurre con la edad. La proteína ayuda a la preservación de los huesos. En otras palabras, la carne de pollo cocida sin la piel ayuda a evitar la aparición de la osteoporosis en los ancianos. Y su contenido en vitamina B3 (niacina) protege contra el cáncer: la carencia de esta vitamina está relacionada con alteraciones genéticas. Una porción de 4 onzas de carne de pollo brinda 72% del valor diario de vitamina B3 o niacina.

Ingredientes:

Cómo preparar la receta de contramuslos de pollo en salsa:

1. Cortar en brunoise el pimiento, la cebolla, los ajos y las zanahorias. Picar finamente el perejil.
2. En una cazuela, poner aceite de oliva y sofreír las verduras. Salpimentar.
3. Cuando las verduras estén pochadas, retirarlas y reservar.
4. En la misma cazuela, agregar un chorrito de aceite y poner los contramuslos a dorarse. Dar un punto de sal por ambos lados.
5. Al estar dorados, incorporar las verduras, remover bien, agregar un vaso de vino blanco por dos de agua. Poner la cantidad de líquido necesario para cubrir todo (si hace falta más agua, agregar vino blanco en la proporción descrita).
6. Llevar a ebullición, y cuando rompa el hervor tapar la cazuela y bajar el fuego al mínimo.
7. Cocinar al menos 45 minutos, hasta que se consuma casi todo el caldo y quede una salsa con consistencia. Corregir el punto de sal y pimienta.
8. Servir y espolvorear el perejil.

Acompaña esta deliciosa receta de contramuslos de pollo en salsa con un buen arroz blanco, tan socorrido, o patatas al vapor. No te olvides de poner en la mesa rodajas de pan para remojar la salsa, pues queda tan concentrada y rica que es casi un pecado dejarla en el plato. Esa costumbre tan nuestra de acompañar con pan los platos con salsa tiene un gran sentido.

También puedes servir una ensalada fresca, con lechugas variadas y hortalizas crudas (tomates cherry, pepino, rabanitos, zanahoria rallada…) regada con una sencilla vinagreta de limón y aceite de oliva (para que no compita con la salsa del pollo). Es un plato que gustará a toda la familia, y que puedes repetir varias veces al mes sin que os canséis de él.